EL PERRO PULGOSO

¡Queridos lectores!, tengan a la mano muchos pañuelos porque van a llorar con este triste relato sobre un indefenso perrito pulgoso, por si acaso no vayan a ir a conseguir muchos perros infectados con pulgas ¡Ah! Ahora sí empiezo cuentan los antiguos moradores de Hualmay, que en el barrio “El Tropezón”, ¿qué nombre más raro? ¿No? había un can que se aparecía solamente por las noches y comenzaba a rascarse el cuerpecito de tantas pulgas que tenía, este animal recorría casi todo el barrio en busca de comida, pero como era pulgoso nadie le quería dar alimentos; los días pasaban y el pobre animalito era echado por los vecinos del lugar para que no les dejara sus pulgas, le tiraban con palo, le aventaban agua fría y lo correteaban a pedradas. ¿Qué gente más cruel? ¿Ustedes harían eso? ¡Por supuesto que no! El pobre perrito gimiendo se retiraba del barrio muy asustado y con mucho dolor.

Cierta vez, en una alejada chocita de esteras que estaba habitada por unos paisanitos llegados de Huaraz, el pobre animalito lo comenzó a frecuentar muy seguido por las noches, el varón de la chocita se levantó a ver de quien se trataba y al ver al perro que se rascaba le comenzó a llamar con mucho cariño, -¡Perrito bonito, ven! ofreciéndole su amistad, cosa que el animal rechazó en su primera instancia, pasado las noches siguientes, el perro nuevamente apareció por la choza de éstos personajes humildes, de acuerdo a su pobreza comenzaron a darle de comer en un pote de calabaza, pan frió remojado con agua de trigo pelado. ¡Qué rico! ¡Me encanta el trigo! ¿y austedes amigos o amigas? Continuo con la historia una vez que el animal se hizo amigo de los paisanitos, éstos comenzaron a despulgarlo con mucha paciencia y cariño durante la media noche. Así sucedió por varias oportunidades, hasta que un buen día el perro comenzó a rascarse delante de ellos que asombrados veían como caían las pulgas al suelo, pero estas pulguitas eran diferentes a las otras; tuvieron tanta paciencia y pena por el animalito que no atinaron a echarlo, sino mas bien trataron de alimentarlo para que pueda irse tranquilo, a la mañana siguiente al levantarse la pareja, encontraron varias pepitas de oro ¡dónde está ese perrito? ¡Quiero que venga a mi casa! ¿No me caería mal unas pulguitas de oro! Jajajaja justo en el lugar donde el perro se había rascado. Esta pareja muy emocionada recogió las pepitas de oro, llegando a reunir una gran cantidad de ellos, que les servió para poder comprar el terreno donde estaban viviendo, llegando a construir su casa de material noble, al que llamaron con mucho cariño "La Villa del Perro Pulgoso".

Queridos amigos esta historia me emocionó mucho porque nos hace reflexionar que no debemos maltratar a los animalitos de Dios, sino más bien protegerlos y ayudarlos y que esa acción noble de solidaridad tendrá una recompensa.

¡Espero que les haya gustado como a mí! Ojo no sean flojos, despulguen a sus perros pues, !pobrecitos! ¿Acaso no saben que las pulgas chupan la sangre? ¡Eso duele!

Te agradecemos anticipadamente los comentarios que nos hagas llegar. ¡Hasta la vista Baby!

Fuente: http://www.huacho.net/

A continuación te damos la oportunidad de escoger a tu perro pulgoso, pero antes te recomendamos que vayas al baño, no vaya a ser que tengas un accidente mojado. Jajajajaja